domingo, 2 de noviembre de 2014

Historia de la Facultad de Letras (Ciencias Sociales - UNSAAC)


Los inicios de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco y la Facultad de Letras, en la memoria del gran maestro Dr. Horacio A. Villanueva Urteaga
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Por: Juan Fernando Vargas Béjar

Fue mediante el primer Decreto Supremo del 20 de octubre de 1866, que se ordena el establecimiento en nuestra Universidad de tres Facultades: Derecho, Ciencias y Letras, advirtiendo en su artículo 1, que eso será “por ahora”, dejando así la posibilidad de la creación de nuevas facultades en lo posterior.
La Facultad de Letras constará de las siguientes asignaturas:
- Historia, que comprende Historia general de América y el Perú, Geografía de la Historia y estudio de las antigüedades, así como también Filosofía de la Historia (Profesor titular, D.D. Mariano Espinoza y Dr. D. Ricardo Villa, Profesores auxiliares, D. Juan Cornelio La Torre y D.D. Ángel Colunge).
- Literatura, que comprendía la enseñanza de Gramática general, Literatura comparada e Historia Crítica de la Literatura (Profesor titular y Decano de la Facultad D.D. Pío Benigno Meza).
- Filosofía, que comprende la Filosofía tradicional, los Fundamentos de la Religión y la Historia de la Filosofía (Profesor titular D. José Teodosio Rozas).

Dicha Facultad estaría dirigida por un Decano nombrado por el Gobierno. Cada Decano y dos profesores elegidos por la Facultad formarán la Junta Directiva o Consejo Universitaria, presidido por el Rector. De acuerdo a este Decreto, los Decanos deberán remitir “a la brevedad posible”, el reglamento de la Facultad y la Junta Directiva el “proyecto de reforma” de la Universidad para su aprobación.

Primeras autoridades de la Facultad de Letras:
- Decano y profesor de Literatura: Dr. D. Pío Benigno Meza
- Profesor de Historia: Dr. D. Ricardo Villa
- Profesor de Filosofía: Dr. D. Teodosio Rozas

Todas las medidas adoptadas por el Gobierno del General Mariano Ignacio Prado Ochoa, destinadas a la definitiva estructuración universitaria, fueron sugeridas por el Prefecto del Cusco Dr. D. Manuel Celestino Torres, quien tenía la autorización de designar los locales donde debían funcionar las Facultades. El Dr. Torres propuso entonces el establecimiento de lo que entonces la gente se empeñaba en llamar “Colegio Universitario” en el primer patio del convento de la extinguida Compañía de Jesús, que servía entonces de cuartel.[1]

La Facultad de Letras se vio también precisada a organizar sus estudios por años. Es así que en la sesión de Consejo Universitario en el periodo del Rector Manuel Antonio Zárate, del 24 de julio en 1874, quedó planificada en la siguiente forma:

- Primer Año: Sociología Lógica, Gramática General, Retórica e Historia Antigua.
- Segundo Año: Moral y Metafísica, Poética, comprendiendo la Estética e Historia de la Edad Media.
- Tercer Año: Religión, Literatura Castellana e Historia Moderna.
- Cuarte Año: Historia de la Filosofía, Historia de la Literatura General e Historia General de América y especial del Perú.

Para fines del siglo XIX la Facultad de Letras entregó 10 grados de Bachiller y Doctorado durante la etapa laica del claustro, siendo digno de recordar los brillantes chispazos de liberalismo que brotaron de las tesis de algunos graduandos, aliado del vigoroso elemento conservador de la ciudad. Este movimiento liberal se enraizó en el espíritu de los estudiantes y como recuerda José Gabriel Cosio: “los últimos años del siglo XIX se caracterizan para la juventud universitaria y para el medio intelectual del Cusco por su enorme agitación e inquietud”.

Se publica en aquella fecha, el periódico “El Cuzco”, de corte anticlerical, combativo, luchador y desafiante, las polémicas se encienden y la lucha religiosa está a la orden del día.

Ya para inicios del siglo XX se fue creando, no sólo en el ambiente universitario, sino en la ciudad, el anhelo de un movimiento dirigido a cambiar a los directivos del claustro y la docencia, a fin de transformar radicalmente la estructura de la educación. Luis E. Valcárcel informa que, con tal objeto, Ángel Vega Enríquez comenzaba a reunir en la redacción de su periódico “El Sol”, a varios jóvenes que asimilaron el indigenismo y admitieron su influencia intelectual en tal forma que fue formándose en núcleo de la huelga de 1909, que luego integraría la “Escuela cusqueña”. (Valcárcel, Memorias, 145). Esta fue la primera huelga universitaria de nuestra vida republicana, preparada en parte fuera del claustro el 7 de mayo de 1909 (mucho antes que la de Córdoba en Argentina).

Ya en el gobierno del norteamericano Alberto A. Giesecke (1910), se fundó la Revista Universitaria, órgano oficial del claustro antoniano que comenzó a publicarse en 1912. Según Valcárcel, se interesó mucho por los indígenas y fue el primero entre los maestros en llevar a los alumnos a las comunidades indígenas, donde se educaba en la observación de aspectos particulares, “nos enseñó a observar la realidad con actitud crítica” (Valcárcel, 9).

Los catedráticos de la Facultad de Letras durante el gobierno de Giesecke, fueron:
- De Historia de la Civilización y Sociología: Dr. José Gabriel Cosio.
- De Estética, Historia del Arte y Pedagogía: Dr. Cosme Pacheco.
- De Literatura Antigua y Moderna y, Literatura Castellana: Dr. Felipe S. Paredes.
- De Filosofía e Historia de la Filosofía Antigua y Moderna: Dr. Alejandro Pacheco Concha.

En 1909, el número de alumnos en la universidad fue de 101, luego en 1912 fue de 150 y en 1919 llegaron a ser 170. Cuando Giesecke deja la universidad en 1923, para asumir la Dirección General de Enseñanza en Lima, el número de alumnos debió aproximarse a 200.
Cuando el Dr. Horacio A. Villanueva Urteaga ingresó como estudiante a la Facultad de Letras, la universidad tenía como local sólo el hoy llamado central de la Plaza Mayor, con instalaciones, aulas y oficinas muy modestas que servían a un alumnado corto que pasaba ya de 200 estudiantes en todo el claustro, pero que al año 1941 aumentó hasta 780. Según Villanueva, “destacaba entre ellos en primer lugar, el Dr. Alberto Delgado Díaz, quien había hecho ya larga historia personal en el campo de las letras y la política. Profesor de Filosofía, espontáneo e inteligente divulgador de las materias de su especialidad… ameno y cautivante. También era amigo generoso y desinteresado, pues, compartía con sus alumnos la lectura de sus libros de su rica biblioteca y hasta nos invitaba a su casa… para comentar y discutir los temas de nuestro especial interés intelectual… además de docente, Delgado fue un gran poeta.” (Villanueva, 184-185).

Otro gran docente fue Luis Velazco Aragón, quien ingresó a la docencia universitaria en 1948, quien dio todo al servicio de un magisterio ejemplar, desarrollando cátedra de peruanismo rotundo, a quien luego de jubilarse se le nombró como catedrático emérito. De otro estilo pero igualmente distinguido fue Julián Santisteban Ochoa, quien con apasionado fervor cusqueño dedicó su existencia al estudio de temas que hasta entonces a nadie había preocupado: la Confederación Perú-Boliviana y la historia de la Universidad del Cuzco. Historiador de profesión y formación, escribió también sobre “Los Cronistas del Perú”, que redactó para sus alumnos de la asignatura de Fuentes de la Historia. Como él destacó también el Dr. Alfredo Yépez Miranda, profesor de Literatura, cuyo aporte al indigenismo le dio meritorio reconocimiento.

Bibliografía

COSIO, José Gabriel. La Universidad de San Antonio Abad del Cuzco. Somera sinopsis de su Historia. En: Revista Universitaria. Año XXXIV. Nros. 88-89. Cuzco, 1945.

SANTISTEBAN OCHOA, Julián. Algo de nuestra Historia sobre la Universidad. En: Revista Letras. Nro. 1. Cuzco, 1948.
Documentos para la Historia del Cuzco existentes en el Archivo General de Indias de Sevilla. En: revista del Archivo Histórico del Cuzco. Nro. 11. Cuzco, 1963.

VALCÁRCEL, Daniel. Libro de oposiciones de la Universidad de San Antonio Abad del Cuzco (siglo XVIII). Lima, 1953.

VALCÁRCEL, Luis E. Memorias. Lima, 1980.

VILLANUEVA URTEAGA, Horacio. Fundación de la Universidad Nacional de San Antonio Abad. Cusco, 1987.
Cuzco Monumental. Cuzco, 1989.



[1] Se desarrollaría un año después la rebelión organizada por el Sargento Mayor del Cusco, don Andrés Esteban Salas contra el gobierno lo que no permitiría ocupar inmediatamente el mencionado local. El militar aparentemente resentido porque fue retirado de la Columna de Vigilantes del Cusco, aprisionó al Prefecto Torres, designan como nueva autoridad al Dr. Narciso Aréstegui.

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