Los inicios de la Universidad Nacional de San
Antonio Abad del Cusco y la Facultad de Letras, en la memoria del gran maestro
Dr. Horacio A. Villanueva Urteaga
_________________________________________________
Por: Juan Fernando Vargas Béjar
Fue mediante el
primer Decreto Supremo del 20 de octubre de 1866, que se ordena el
establecimiento en nuestra Universidad de tres Facultades: Derecho, Ciencias y
Letras, advirtiendo en su artículo 1, que eso será “por ahora”, dejando así la
posibilidad de la creación de nuevas facultades en lo posterior.
La Facultad
de Letras constará de las siguientes asignaturas:
- Historia,
que comprende Historia general de América y el Perú, Geografía de la Historia y
estudio de las antigüedades, así como también Filosofía de la Historia
(Profesor titular, D.D. Mariano Espinoza y Dr. D. Ricardo Villa, Profesores
auxiliares, D. Juan Cornelio La Torre y D.D. Ángel Colunge).
- Literatura,
que comprendía la enseñanza de Gramática general, Literatura comparada e
Historia Crítica de la Literatura (Profesor titular y Decano de la Facultad
D.D. Pío Benigno Meza).
- Filosofía,
que comprende la Filosofía tradicional, los Fundamentos de la Religión y la
Historia de la Filosofía (Profesor titular D. José Teodosio Rozas).
Dicha
Facultad estaría dirigida por un Decano nombrado por el Gobierno. Cada Decano y
dos profesores elegidos por la Facultad formarán la Junta Directiva o Consejo
Universitaria, presidido por el Rector. De acuerdo a este Decreto, los Decanos
deberán remitir “a la brevedad posible”, el reglamento de la Facultad y la
Junta Directiva el “proyecto de reforma” de la Universidad para su aprobación.
Primeras
autoridades de la Facultad de Letras:
- Decano y
profesor de Literatura: Dr. D. Pío Benigno Meza
- Profesor de
Historia: Dr. D. Ricardo Villa
- Profesor de
Filosofía: Dr. D. Teodosio Rozas
Todas las
medidas adoptadas por el Gobierno del General Mariano Ignacio Prado Ochoa, destinadas
a la definitiva estructuración universitaria, fueron sugeridas por el Prefecto del
Cusco Dr. D. Manuel Celestino Torres, quien tenía la autorización de designar
los locales donde debían funcionar las Facultades. El Dr. Torres propuso
entonces el establecimiento de lo que entonces la gente se empeñaba en llamar
“Colegio Universitario” en el primer patio del convento de la extinguida
Compañía de Jesús, que servía entonces de cuartel.[1]
La Facultad
de Letras se vio también precisada a organizar sus estudios por años. Es así
que en la sesión de Consejo Universitario en el periodo del Rector Manuel
Antonio Zárate, del 24 de julio en 1874, quedó planificada en la siguiente
forma:
- Primer Año:
Sociología Lógica, Gramática General, Retórica e Historia Antigua.
- Segundo
Año: Moral y Metafísica, Poética, comprendiendo la Estética e Historia de la
Edad Media.
- Tercer Año:
Religión, Literatura Castellana e Historia Moderna.
- Cuarte Año:
Historia de la Filosofía, Historia de la Literatura General e Historia General
de América y especial del Perú.
Para fines
del siglo XIX la Facultad de Letras entregó 10 grados de Bachiller y Doctorado
durante la etapa laica del claustro, siendo digno de recordar los brillantes
chispazos de liberalismo que brotaron de las tesis de algunos graduandos,
aliado del vigoroso elemento conservador de la ciudad. Este movimiento liberal
se enraizó en el espíritu de los estudiantes y como recuerda José Gabriel Cosio:
“los últimos años del siglo XIX se caracterizan para la juventud universitaria y
para el medio intelectual del Cusco por su enorme agitación e inquietud”.
Se publica en
aquella fecha, el periódico “El Cuzco”, de corte anticlerical, combativo,
luchador y desafiante, las polémicas se encienden y la lucha religiosa está a
la orden del día.
Ya para
inicios del siglo XX se fue creando, no sólo en el ambiente universitario, sino
en la ciudad, el anhelo de un movimiento dirigido a cambiar a los directivos
del claustro y la docencia, a fin de transformar radicalmente la estructura de
la educación. Luis E. Valcárcel informa que, con tal objeto, Ángel Vega
Enríquez comenzaba a reunir en la redacción de su periódico “El Sol”, a varios
jóvenes que asimilaron el indigenismo y admitieron su influencia intelectual en
tal forma que fue formándose en núcleo de la huelga de 1909, que luego
integraría la “Escuela cusqueña”. (Valcárcel, Memorias, 145). Esta fue la
primera huelga universitaria de nuestra vida republicana, preparada en parte
fuera del claustro el 7 de mayo de 1909 (mucho antes que la de Córdoba en
Argentina).
Ya en el
gobierno del norteamericano Alberto A. Giesecke (1910), se fundó la Revista
Universitaria, órgano oficial del claustro antoniano que comenzó a publicarse
en 1912. Según Valcárcel, se interesó mucho por los indígenas y fue el primero
entre los maestros en llevar a los alumnos a las comunidades indígenas, donde
se educaba en la observación de aspectos particulares, “nos enseñó a observar
la realidad con actitud crítica” (Valcárcel, 9).
Los
catedráticos de la Facultad de Letras durante el gobierno de Giesecke, fueron:
- De Historia
de la Civilización y Sociología: Dr. José Gabriel Cosio.
- De
Estética, Historia del Arte y Pedagogía: Dr. Cosme Pacheco.
- De
Literatura Antigua y Moderna y, Literatura Castellana: Dr. Felipe S. Paredes.
- De Filosofía
e Historia de la Filosofía Antigua y Moderna: Dr. Alejandro Pacheco Concha.
En 1909, el
número de alumnos en la universidad fue de 101, luego en 1912 fue de 150 y en
1919 llegaron a ser 170. Cuando Giesecke deja la universidad en 1923, para asumir
la Dirección General de Enseñanza en Lima, el número de alumnos debió
aproximarse a 200.
Cuando el Dr.
Horacio A. Villanueva Urteaga ingresó como estudiante a la Facultad de Letras,
la universidad tenía como local sólo el hoy llamado central de la Plaza Mayor,
con instalaciones, aulas y oficinas muy modestas que servían a un alumnado
corto que pasaba ya de 200 estudiantes en todo el claustro, pero que al año
1941 aumentó hasta 780. Según Villanueva, “destacaba entre ellos en primer
lugar, el Dr. Alberto Delgado Díaz, quien había hecho ya larga historia
personal en el campo de las letras y la política. Profesor de Filosofía,
espontáneo e inteligente divulgador de las materias de su especialidad… ameno y
cautivante. También era amigo generoso y desinteresado, pues, compartía con sus
alumnos la lectura de sus libros de su rica biblioteca y hasta nos invitaba a
su casa… para comentar y discutir los temas de nuestro especial interés
intelectual… además de docente, Delgado fue un gran poeta.” (Villanueva,
184-185).
Otro gran
docente fue Luis Velazco Aragón, quien ingresó a la docencia universitaria en
1948, quien dio todo al servicio de un magisterio ejemplar, desarrollando cátedra
de peruanismo rotundo, a quien luego de jubilarse se le nombró como catedrático
emérito. De otro estilo pero igualmente distinguido fue Julián Santisteban
Ochoa, quien con apasionado fervor cusqueño dedicó su existencia al estudio de
temas que hasta entonces a nadie había preocupado: la Confederación
Perú-Boliviana y la historia de la Universidad del Cuzco. Historiador de
profesión y formación, escribió también sobre “Los Cronistas del Perú”, que
redactó para sus alumnos de la asignatura de Fuentes de la Historia. Como él
destacó también el Dr. Alfredo Yépez Miranda, profesor de Literatura, cuyo
aporte al indigenismo le dio meritorio reconocimiento.
Bibliografía
COSIO, José
Gabriel. La Universidad de San Antonio Abad del Cuzco. Somera sinopsis de su
Historia. En: Revista Universitaria. Año XXXIV. Nros. 88-89. Cuzco, 1945.
SANTISTEBAN
OCHOA, Julián. Algo de nuestra Historia sobre la Universidad. En: Revista
Letras. Nro. 1. Cuzco, 1948.
Documentos
para la Historia del Cuzco existentes en el Archivo General de Indias de
Sevilla. En: revista del Archivo Histórico del Cuzco. Nro. 11. Cuzco, 1963.
VALCÁRCEL, Daniel.
Libro de oposiciones de la Universidad de San Antonio Abad del Cuzco (siglo
XVIII). Lima, 1953.
VALCÁRCEL,
Luis E. Memorias. Lima, 1980.
VILLANUEVA
URTEAGA, Horacio. Fundación de la Universidad Nacional de San Antonio Abad.
Cusco, 1987.
Cuzco
Monumental. Cuzco, 1989.
[1] Se desarrollaría un año después la rebelión
organizada por el Sargento Mayor del Cusco, don Andrés Esteban Salas contra el
gobierno lo que no permitiría ocupar inmediatamente el mencionado local. El
militar aparentemente resentido porque fue retirado de la Columna de Vigilantes
del Cusco, aprisionó al Prefecto Torres, designan como nueva autoridad al Dr.
Narciso Aréstegui.
No hay comentarios:
Publicar un comentario