domingo, 29 de abril de 2012

Göbekli Tepe: Construcciones en piedra de hace 12 000 años aproximadamente.

Gobekli Tepe se encuentra en la cima de una remota colina en el sur de Turquía. Es la construcción megalítica más antigua encontrada hasta el momento (conjunto de círculos megalíticos). Durante su descubrimiento sorprendió su antigüedad, porque se pensaba que las tribus neolíticas de cazadores recolectores (antes de la aparición de la agricultura: 7 000 a.C.) no construían más que chozas. Aquí se utilizó piedra caliza y no se sabe por qué, todo el conjunto megalítico fue enterrado hace 8.000 años, por lo que se ha mantenido en perfecto estado. 

De acuerdo a su función, podría ser un templo, un santuario o un centro de peregrinación de los cazadores seminómades.

El arqueólogo alemán Klaus Schmidt, descubrió el lugar en 1994 mientras buscaba la ciudad de Şanlıurfa, la cual se cree que fue la cuna del Profeta Abraham y tal vez una de las primeras ciudades.

A unos 9 kilómetros se hablaba del emplazamiento de unos antiguos restos arqueológicos descubiertos en 1960, pero no se le dio ninguna importancia porque pensaban que se trataba de un castillo o una torre de defensa bizantina (Imperio romano de Oriente en la Edad Media). La zona era conocida con el nombre de Göbekli Tepe.

A los pocos minutos de llegar allí, Schmidt se dio cuenta de que no estaba mirando las lápidas de tumbas bizantinas, sino algo mucho más antiguo y especial. Comenzó la excavación del complejo y a unos pocos centímetros por debajo de la superficie el equipo localizó una piedra labrada, luego otra y otra, hasta dar con un completo anillo de columnas. Luego otro anillo, y otro más rodeándolos. Con el tiempo encontraron un segundo círculo de piedras, luego un tercero, y luego más. Una prueba geomagnética reveló al menos 20 anillos apilados juntos bajo la tierra.

Todos están hechos a partir de pilares de caliza, trabajados con herramientas de sílex (en otra zona de la colina apareció un almacén neolítico con una gran cantidad de puntas de sílex, cortadores, todo lo necesario para la construcción). Los pilares más grandes alcanzan los cinco metros de altura y pesan 16 toneladas, son cinco veces más anchos que profundos y están separados entre sí por unos dos metros y unidos por muros de piedra. En el centro de cada círculo, hay dos pilares más grandes en forma de T, que por los relieves grabados parecen representaciones humanas. El resto de los pilares tienen animales grabados.

En uno de los pilares se puede apreciar los brazos a lo largo del cuerpo, desde los hombros, con las manos sobre la cintura, donde la figura lleva un curioso taparrabos hecho con piel de animal (se aprecia inclusive las dos patas traseras y la cola).

Casi todas las representaciones son de animales salvajes como jabalíes, escorpiones, grandes felinos, lobos, zorros. También se encontraron figuras humanoides, que llevaban un curioso peinado.

El arqueólogo francés Jacques Cauvin piensa que en el ser humano, en algún remoto momento, sufrió un cambio en la conciencia que llevó a la  ”revolución de símbolos”, un cambio conceptual que permite a  los seres humanos imaginar dioses, seres sobrenaturales parecidos a ellos que existen en un universo más allá del mundo físico. Schmidt ve Gobekli Tepe como evidencia de la teoría de Cauvin. ”Los animales eran los guardianes del mundo de los espíritus”, dice. ”Los relieves de los pilares en forma de T muestran que existe otro mundo”.

Lo que sí ha cambiado es la idea que se tenía de los grupos de cazadores-recolectores, como clanes aislados. Era necesaria una organización a gran escala para construir este conjunto megalítico. Puede ser una evidencia de que la religión organizada podría haber llegado antes de la aparición de la agricultura y otros aspectos de la civilización.
Cuando los recolectores comenzaron a asentarse en los pueblos, se crea un lugar fijo de  hogares con cientos de habitantes, un lugar aislado de la tierra peligrosa, más allá de las bestias letales.

Como opina Schmidt, quizás no hay un único camino para la civilización, sino que se llega por diferentes medios en diferentes lugares


"Descubrir que unos cazadores-recolectores habrían construido Göbekli Tepe, fue como saber que alguien había fabricado un Boeing 747 con una navaja suiza. (...)  Ellos eran forrajeadores, es decir recogían plantas y cazaban animales salvajes, manifiesta Schmidt.

Esto supone que la agricultura no fue necesariamente el motor que impulsó a que las actividades del hombre se centraran en su autoabastecimiento, generando más tiempo en los habitantes que ya no irían en busca de alimentos como cazadores o recolectores, entonces podrían realizar construcciones imponentes. Lo religioso o la conciencia de lo sagrado sería el gestor de la civilización, de la escritura y del arte. Entonces, la religiosidad iría de la mano con la agricultura para poder tener así un respaldo en las divinidades para que cuidasen de su vida.

Al principio el neolítico era considerado como el momento de la gran revolución en la agricultura y la ganadería y, que las civilizaciones habrían surgido debido a la mejora del clima luego de la última glaciación de Wisconsin, permitiéndoles iniciar el cultivo de plantas y la domesticación de animales.

Göbekli Tepe sugiere el sentido humano por lo sagrado y la importancia que ello genera en sus vidas.