CARACTERÍSTICAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA: ANTECEDENTES RELIGIOSOS EN EL PERÚ Y EL DESARROLLO DE LA IGLESIA COMO INSTITUCIÓN SOCIAL
Lic. Juan Fernando Vargas Béjar [1]
RESUMEN
El presente trabajo es una
reflexión pública que tiene como propuesta el poder comprender que la iglesia
en el Perú -como institución- tuvo necesariamente raíces autóctonas en el marco
religioso, pero que tras la llegada de los españoles al Perú, no cumplió
objetivos foráneos de subordinación sino más bien un proceso de amalgamiento
que generó el establecimiento de una religión con características nuevas,
motivo por el cual mantiene elementos originarios vigentes en la actualidad.
Aun así, el proceso religioso colonial, delineó aquellos aspectos costumbristas
que fueron definiendo posteriormente el entorno cultural en el Perú: un
pensamiento católico europeo con ánima andina.
Palabras clave: Iglesia, Perú, religión, andino, institución,
colonial.
ABSTRACT
The present work is a public reflection whose
purpose is to understand that the church in Peru -as an institution-
necessarily had indigenous roots in the religious context, but that after the
arrival of the spanish people to Peru, it did not fulfill foreign objectives of
subordination, but rather a process of amalgamation that generated the
establishment of a religion with new characteristics, which is why it maintains
original elements in force today. Even so, the colonial religious process
outlined those customs that later defined the cultural environment in Peru: a
european catholic thought with andean spirit.
Keywords: Church, Perú, religion, andean,
institution, colonial.
INTRODUCCIÓN
Para hablar sobre la historia de
la Iglesia en el Perú y haciendo referencia a la iglesia como institución, es
indudable que ésta se inicia con la llegada de los españoles. Pero a la vez, es
necesario también recordar el hecho de que la religión autóctona se desarrolló
por medio de un cúmulo de creencias en divinidades que se relacionaban con la
naturaleza, es decir que la naturaleza misma fue su aposento. De hecho, todos
los conocimientos surgidos en América estaban vinculados con la religión para
satisfacer sus necesidades, puesto que la actividad agrícola era la base de su
economía. Europa no fue distinta en sus inicios a todas estas características,
porque creían y honraban también a las fuerzas de la naturaleza (es decir, la
idea del panteísmo, que no es una religión, sino una manera de concebir el
mundo estuvo presente como paso en su desarrollo religioso).
La llegada de los españoles trajo
consigo todos estos elementos en su fase más “productiva”, cargado
indudablemente de estrategias de colonización, instaurándose la iglesia
católica como sistema aliado de gobierno. Desde ahí, el Perú “nació” católico
por encargo y se fue institucionalizando a través de sus diversas etapas,
incluso después de haberse consolidado la república -más aún todavía- porque se
desenvolvió al principio conforme a un esquema normativo constitucional.
DISCUSIÓN
Es pertinente recordar que antes
de la llegada de los españoles, la religión en el Perú se da con un sentido
económico, puesto que “con el correr de los años, la búsqueda espiritual de
estos primeros grupos sedentarios, los lleva a la necesidad de interpretar los
fenómenos naturales, lo que la naturaleza les da, y aun su propia existencia,
transformando la vida de los habitantes, al introducir en su propia vida los
antecedentes de lo que en el futuro serían complejas religiones”.[2] Es
por ello que los centros religiosos sirvieron mucho en el control y desarrollo
de grandes extensiones territoriales, asimilando un gran bagaje cultural y
siendo totalmente dependientes de la religión en cada proceso. Este aspecto
cobra sentido si se considera el esfuerzo que tuvieron que realizar en cada una
de esas construcciones que se orientaban necesariamente hacia la agricultura.
Pero aquellas divinidades andinas no solo brindaban prosperidad en cuanto a la
debida productividad, sino que también traerían desastres; entonces, nadie en
aquella época podía darse el lujo de ser ateo, porque su dependencia era total.
Aun así, la religión no fue homogénea y se ceñía de acuerdo a las clases
sociales, puesto que existían ciertos dioses que no se hacían populares y que
“no llegaban a la intimidad del gran número y permanecían en un clima un tanto
gélido, demasiado altos, con ciertos límites, quizás infranqueables a la
inteligencia común. Por lo tanto, precisa distinguir entre lo que es una
religión de la élite, de los sacerdotes, aristocracia o sabios, y otra que nace
de la tierra, que está mezclada con la vida común del mayor número (…) De esta
suerte, al estudiar la religión oficial de los incas, percibimos en ella un
reflejo de lo que ocurrió en el orden político.”[3]
Si bien es cierto que todo ello
cambiaría tras el arribo de los españoles, es importante saber la forma de vida
europea y su predominancia religiosa; y para comprender las características de
la iglesia en el Perú, será preciso comenzar el recuento cronológico en Europa,
y particularmente en España, donde la conflictiva convivencia con judíos y la
educación de futuros creyentes, hizo que al momento de llegar a América
tuvieran que retocar sus instrumentos de evangelización, pero más resaltante
será la actitud tomada frente a la religión andina, ya que su perspectiva se tornará
entre lo analítico y lo descriptivo (aquello que se acomode mejor a la doctrina
de colonización: arte, fe, cultura y colonización).
Para autores como Harry Boer, la
iglesia cristiana nació en un mundo casi envejecido. Entonces, considerando a
Roma como un posterior logro civilizatorio pero con hegemonía importante, se
sabe que fue el más grande de los imperios que regía el mundo civilizado de esa
época; aspecto que permite utilizar sus características para esbozar el estudio
sobre la historia de la iglesia en Europa (el trasfondo judío de la iglesia, la
influencia del pensamiento griego, y las distintas religiones que el
cristianismo encontró a su alrededor)[4]
Convendría hablar también del desarrollo de la sinagoga (lugar de oración de
los judíos) o del sanedrín (cuerpo gobernante de los judíos en Palestina) o
finalmente de la dispersión judía en el mundo antiguo (586 a.C.)
A partir de ese contexto, se hace
pertinente entonces entender que la iglesia cristiana tiene sus raíces en la
historia y la religión de Israel, puesto que Palestina era parte del Imperio
Romano, por lo que la iglesia está relacionada profundamente con Israel, lo que
hace pensar que la iglesia primitiva era totalmente judía, su Salvador era
judío, y todo el Nuevo Testamento fue escrito, probablemente, por judíos.
Se tiene conocimiento que habría
sido en Palestina (Israel), donde la iglesia del Nuevo Testamento apareció por
primera vez en la historia, aunque no se tiene registro de la fecha exacta.
Además, si se afirma que la iglesia comenzó en pentecostés, no se tomará en
cuenta la vida y el ministerio de Jesús, pero si la iglesia comenzó con Él, se
debe recordar el hecho de que todo lo concerniente con Jesús surgió de la vida
del judaísmo. Es mejor, por lo tanto, decir que “la iglesia surgió de la vida y
obra de su Señor y que se transformó en su testigo universal en pentecostés”.[5] Esto
implica a la vez hacer un paréntesis para poder considerar el término iglesia,
el cual procede del griego "ekklesia"
que significa llamar o congregar a los de fuera y equivale al hebreo "kahlal" que se usaba para la
congregación de Israel. [6]
La iglesia como institución es la reunión de fieles o creyentes que han
recibido la fe y la salvación de sus almas para la eternidad. Por lo que, la
relevancia del Cristianismo es que ha cambiado el desarrollo de la humanidad
(espiritual y social), siendo una doctrina que ha influido “en la elaboración
de los Derechos Humanos, en la abolición de la esclavitud, en la educación y
sus estructuras universitarias, en el capitalismo y la democracia, en la
revolución industrial y científica”.[7]
Ahora, en los primeros siglos hubo persecución de cristianos que todavía
representaban una pequeña minoría pero con una fe considerable y reforzada por
elementos de convicción y conducta (inclusive el año 64 fueron culpados del
incendio de Roma). Desde el año 303 el emperador Dioclesiano busca decapitar el
movimiento cristiano y se prohibía cualquier reunión; lo que emperador quiere
es regresar a Roma a su época más gloriosa, quiere que la religión tradicional
florezca sin la amenaza cristiana, pero ocurre lo contrario y pronto el Estado
romano y la administración cristiana serán uno solo.
Mucho antes de la caída del imperio romano, se tiene registro del Edicto
de Galerio (311), donde se concedía a los cristianos libertad religiosa, aunque
ello no aportaría seguridad jurídica a la iglesia, por lo que “el estatuto de tolerancia de Galerio
encerraba por tanto singular valor” [8],
considerando la situación política de aquel entonces y las diversas
implicancias posteriores.
Es entonces que el cristianismo prosperaría ya en el siglo IV a partir
del Edicto de Milán (emitido por Constantino I y Licinio), documento mediante
el cual se toleraba oficialmente la existencia del cristianismo. Estando
Teodosio “el Grande” (378), el cristianismo fue declarado como la religión
oficial del Imperio Romano y una vez en el poder, los líderes cristianos
utilizaron su influencia para desterrar las prácticas religiosas paganas, por lo
que se cree que el cristianismo había triunfado. La iglesia se volvió eficiente
y centralizada, logrando solucionar los difíciles problemas y la fuerza del
Estado se aseguraba que las decisiones tomadas se impusieran universalmente,
puesto que antes de Constantino la iglesia era una suma de comunidades unidas
débilmente. El imperio romano se hizo cristiano; pero, en su disciplina y en su
habilidad de traspasar fronteras el cristianismo a su vez se hizo más romano.
Aun así, Constantino no convierte al cristianismo en la religión del Estado,
pero sí inicia un desarrollo que seguirá siglos después, puesto que ya alcanza
esferas de gobierno… ahora, ser cristiano era una ventaja. Es por este entender
que el cristianismo, le debe mucho a la Roma pagana.
Ya muchos siglos después, sabemos en “la cantidad de herejías en que
caería la estructura humana de las iglesias debido a la interpretación humana
de las doctrinas, a las tradiciones, y a la autoridad y gobierno, y que desde
la Reforma Protestante (siglo XVI), los que tienen ojos para ver pueden depurar
en su fe, porque aunque algunos pequeños grupos de Cristianos mantendrían la
sana doctrina original, resulta casi imposible seguir la pista en la historia”.[9]
Para este tiempo, la intromisión católica en América fue un hecho
ineludible por todo lo que compete a su bien diseñada estructura, y el Perú no
estuvo ajeno a ese ostentoso poder. Ayudó entonces a su eficiente organización
las anteladas reuniones conocidas como concilios, aunque siempre con algunos
inconvenientes de poder porque “durante el feudalismo en el viejo continente,
los señores asumieron las facultades para la designación de los obispos, así
como otros altos cargos eclesiásticos. En esta época tuvo lugar el conocido
como conflicto de las investiduras”.[10]
Inconvenientes que debieron afrontar hasta consolidar un poder más efectivo,
considerando que luego tendrían en América una oportunidad de gobierno, después
de ser encaminados por presión a buscar una nueva ruta comercial al ser tomada
Constantinopla.
Esto indica que América sería una experiencia de colonización sumamente
nueva, al que tendrían necesariamente que ir afinando constantemente maniobras
de dominio, por lo que “la experiencia infantil que se tiene de la iglesia
permanece a veces como una imagen cristalizada de un universo oculto y
misterioso al que es más fácil criticar que comprender”.[11]
Es por eso que el poder que ostenta la Iglesia, legitima la invasión en América
y lo continuará haciendo hasta ahora, pero tomando en cuenta que su rol en
espacio y tiempo es diferente al de Europa; es así que, la religión “ya no
cumpliría el mismo papel, porque la tendencia era a la desaparición, y a que su
papel fuera asumido por otras esferas institucionales”[12]
debido ello a las circunstancias sociales cambiantes y a un tipo de vida
distinto que se va caracterizando más por las diferentes apariciones de otras
religiones, motor aparte para futuras investigaciones.
CONCLUSIONES
De acuerdo a la propuesta del trabajo, concluyo en que es necesario
analizar que muchas de las evidencias y perspectivas sobre la historia de la
iglesia en el Perú comienzan con la llegada de los españoles (por su
característica institucional diferente al proceder de la religión andina) y no
llega a abarcar la ideología precedente o quizás a las
religiones misteriosas, sin considerar además a las otras tantas que se
establecieron en el Perú y que todavía tienen vigencia e importancia. Empero,
la que llegó a América antes que las otras fue la católica, y ahí se suscita la
importancia y la atención.
El arribo de los españoles implicó un cambio notorio en la forma de vida,
es decir, no solo religiosa, sino también en los demás aspectos que van a
definir su consecuente vida a lo largo del periodo colonial como republicano.
Pero, la religión autóctona tiene una fortaleza que le permitió sobrevivir y es
precisamente por ello, que la religión europea no la pudo dominar por completo,
siendo el resultante una religión combinada, que se hace presente tanto en
costumbres como tradiciones.
BIBLIOGRAFÍA
- BOER Harry R.
Historia de la Iglesia primitiva (AD. 1-787). Una visión clara y precisa
sobre los orígenes y formación de la Iglesia Cristiana. Facultad Latinoamericana
de Estudios Teológicos. Edit. UNILIT. Miami, 2001. pp. 162.
- FAVALE, Roque Daniel. El imperio inca.
http://www.edhistorica.com/pdfs/5_incas.pdf
- HIERREZUELO COND Guillermo. “Orlandis, José, Historia de las instituciones de la Iglesia católica.
Cuestiones fundamentales”. En: Revista de Estudios Histórico-Jurídicos N°
26. Valparaíso, 2004.
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-54552004002600049
- ORLANDIS ROVIRA, José. La Iglesia en el imperio
romano-cristiano. Primeros cristianos. Palma de Mallorca, 2004.
http://www.primeroscristianos.com/index.php/expansion/
item/303-la-iglesia-en-el-imperio-romano-cristiano/303-la-iglesia-en-el-imperio-romano-cristiano
- PADILLA, Carlos. Origen de las doctrinas y del
gobierno de la iglesia y la última iglesia de Jesucristo. Madrid, 2007.
http://www.jesucristo.net/HistoriaIglesia.htm.
- VALCÁRCEL, Luis E. Etnohistoria del Perú
Antiguo. Historia del Perú (Incas). Edit. Fondo de Cultura Económica. Sección
de obras de Historia. Segunda Edición. Lima, 2012. pp. 321.
[1] Docente
Contratado del Departamento Académico de Historia - UNSAAC, semestre 2016-II.
[2] FAVALE, Roque
Daniel. El imperio inca. http://www.edhistorica.com/pdfs/5_incas.pdf
(Consultado el 7 de enero de 2017)
[3] VALCÁRCEL,
Luis E. Etnohistoria del Perú Antiguo. Historia del Perú (Incas). Edit. Fondo
de Cultura Económica. Sección de obras de Historia. Segunda Edición. Lima,
2012. p. 197-198.
[4] BOER Harry
R. Historia de la Iglesia primitiva (AD.
1-787). Una visión clara y precisa sobre los orígenes y formación de la Iglesia
Cristiana. Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos. Edit. UNILIT.
Miami, 2001. p. 1.
[5] Ibíd. p. 10.
[6] PADILLA,
Carlos. Origen de las doctrinas y del gobierno de la iglesia y la última
iglesia de Jesucristo. Madrid, 2007. http://www.jesucristo.net/HistoriaIglesia.htm
(Consultado el 6 de enero de 2017)
[7] Ídem.
[8] ORLANDIS
ROVIRA, José. La Iglesia en el imperio romano-cristiano. Primeros cristianos.
Palma de Mallorca, 2004. http://www.primeroscristianos.com/index.php/expansion/item/303-la-iglesia-en-el-imperio-romano-cristiano/303-la-iglesia-en-el-imperio-romano-cristiano
(Consultado el 1 de enero de 2017).
[9] PADILLA,
Carlos. ídem.
[10] HIERREZUELO
COND, Guillermo. “Orlandis, José,
Historia de las instituciones de la Iglesia católica. Cuestiones fundamentales”.
En: Revista de Estudios Histórico-Jurídicos N° 26. Valparaíso, 2004.
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-54552004002600049
(Consultado el 31 de diciembre de 2016)
[11] ROMERO,
Catalina. Iglesia y sociedad en el Perú: Mirando hacia el Siglo XXI. En: El
Perú frente al siglo XX. Fondo editorial de la PUCP. Lima, 1995. p. 379.
[12] Ibíd. p. 383.